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miércoles, 6 de junio de 2012

* Un nuevo inicio

Hola queridos huéspedes de mi blog, lo primero que haré hoy será agradecer el recibimiento que he tenido, muchisimas visitas, muchas mas de las que pude imaginar ayer cuando lo cree, de verdad que muchisimas gracias porque para mi esto es muy importante.
Lo segundo, la gente me ha pedido que escriba mas sobre esta historia que escribi ayer, "Noche oscura" mi intención era subir solo ese fragmento, pero debido a vuestras peticiones, subiré todos los capítulos poco a poco.
Para indicar que la entrada es de esa historia pondré un asterisco en el título, así podréis saber si pertenece a la historia o es una entrada a parte.

Tras esto, y usando el fragmento de ayer como prólogo, os dejo el primer capítulo de "Noche oscura" espero que lo leáis, que os guste, y que me dejéis muchos comentarios con vuestras impresiones.
Una vez mas, gracias por la acogida del blog.


Hacia ya un par de días que me había mudado y aún no era capaz de hacerme a la idea de que esa vieja casa fuera mi hogar. No es que la casa fuera fea o estuviera destartalada, todo lo contrario, era una casa de ambiente rural, pero a la que no le faltaba ningún lujo de la nueva sociedad.
Me senté en el comedor, estaba cansada de buscar un trabajo para poder compaginar con los estudios, en esta época de crisis, era complicado encontrar un buen oficio, y menos si aún no habías terminado los estudios, y como yo, lo tuyo no eran los idiomas, pero necesitaba un empleo rápido, el desastre que me había llevado a ese  lugar me obligaba a trabajar para poderme pagar la casa, el alimento, e incluso los estudios.
Observé las paredes de madera de aquel gran salón, estaba intactas, como si se acabara de construir, pero no era así, al contrario, llevaba un centenar de años construida y sin embargo, guardaba el aspecto de un salón de uno de estos nuevos ricos que aprecian lo antiguo pero sin renunciar a ninguno de los lujos tecnológicos de la nueva era.
Me recosté sobre el sofá de color granate y dejé que mi cabeza se apoyara sobre uno de esos grande almohadones de plumas y algodón. Cerré los ojos y comencé a pensar en el paso tan grande que había dado,  tenía una vida que empezaba de cero, una vida de soledad, una vida en la que solo dependía de mi misma. Nadie podía mandarme ni ordenarme, vivía en mi casa, trabajaría para ganar un sueldo con el que sobrevivir y estudiaría para aspirar a un futuro mejor. Todo eso sonaba tan bien, y sin embargo, como a lo largo de toda mi vida, el miedo estaba agarrotándome el cuerpo, me temblaban las manos y mis pies no paraban de moverse inquietos, llevaba años soñando con empezar de cero, lejos, muy lejos, y en libertad, y ahora que lo había conseguido, tenía miedo de mirar a la cara a la vida que se me presentaba.
Entonces sonó el teléfono, dejé que sonara un par de veces, casi inconscientemente, como si mi mente no se diera cuenta de que nadie cogería la llamada, que tendría que ser yo quien contestara.
- ¿Si...? - contesté cuando me atreví a acercarme a la mesilla en la que estaba colocado el aparato de comunicación 
- Buenos días señorita Garthermon - se oyó una voz al otro lado del auricular, odiaba que me llamaran por mi apellido, pero seguí escuchando la llamada - quería informarla de que las pruebas paras la admisión a la universidad Condor se llevarán a cabo este viernes a las seis de la tarde, esperamos su presencia y mucha suerte.
Tras esas palabras, la femenina voz colgó la llamada, sin ni si quiera permitirme contestar. El miedo volvió a apoderarse de mi, tenía solo 5 días para prepararme para afrontar las pruebas de admisión, y encima hoy ya era tarde.

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