Muchas gracias por las visitas recibidas, y me encantaría recibir tambien algún que otro comentario, sobre todo para saber vuestra opinión sobre la historia... :)
Una vez dicho esto, aquí traigo un nuevo capítulo, espero que lo disfrutéis.
Viernes, ya era viernes, ¿que significaba eso? que era el día de las pruebas de acceso, y ni si quiera estaba segura de que mi preparación fuera suficiente para poder hacerlas frente.
Salí de casa, había llovido aquella noche y se podían observar charcos de lluvia en el suelo. Observé mi reflejo en uno de ellos, mis pantalones caoba y mi camisa abrochada entera excepto los dos primeros botones, me daban un toque maduro que dudaba que en realidad tuviera. Esa que se reflejaba en aquel charco no era yo, era una mala copia que no tenía una identidad.
Continué andando hasta meterme en el metro, una vez dentro, cogí la linea que me llevaba a "Ciudad Universitaria" . Por suerte, el vagón en el que me monté tenía varios asientos vacíos y pude sentarme a repasar algunos conceptos que con total seguridad me caerían en los exámenes para entrar a la universidad.
Un ruido sordo me hizo levantar la mirada de los apuntes, un joven de mas o menos mi edad se encontraba tirado en el suelo, de rodillas; alcé la mirada para poder observar la razón por la que había llegado aquel chico a encontrarse en esa posición y pude ver a dos chicos más, uno de ellos se reía con fuerza, parecía el encargado del tropiezo de su víctima; el otro, observaba el panorama con precaución.
El chico del suelo se levantó, llevaba una sudadera marrón y unos pantalones verdes que llamaban demasiado la atención; parecía a punto de darle una colleja al que no paraba de reír cuando empezó a reír también. Este otro no paraba de bromear con la caída de su compañero. Me fijé un poco más en él y pude ver que su cuerpo estaba perfectamente modelado, esculpido con grandes músculos que se marcaban sobre su polo amarillo y sus pantalones vaqueros y caídos.
Al mover la mirada me di cuenta, que el otro chico, el tercero del grupo, no paraba de observarme, o al menos, miraba en mi dirección.
Sus ojos eran claros, llamaban mucho la atención, tenía una mirada clara, que se marcaba con dulzura, o al menos algo que parecía similar a esa sensación. Llevaba una camiseta marina y unos pantalones vaqueros hasta las rodillas.
Note que se daba cuenta de que le observaba cuando me dedicó una sonrisa y pude ver sus dientes, tan brillantes, tan perfectos y correctos.
En ese momento se oyó la voz en off que avisaba de las paradas: "Próxima estación Ciudad universitaria"
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