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sábado, 26 de enero de 2013

El reencuentro

Aquí os dejo otro de mis relatos, esta vez se llama el reencuentro, y habla de todas esas personas que pasan mucho tiempo sin verse, y sin embargo el día en que se vuelven a encontrar se vuelve tan especial.
Consta de tres micro relatos, tres encuentros, espero que os gusten los tres y me comentéis lo que os parece.

"Aquella mañana se había levantado feliz, no había nada que la pudiera hacer más feliz que lo que sucedería minutos después, en las próximas horas se iba a sentir querida, abrazada, animada, alegre, acogida, iba a sentir que por fin podía abrazar a alguien que a devolvería el abrazo.
Quedaba un largo viaje, cientos y cientos d kilómetros se encontraban entre ella y su destino, se encontraba en la linea de despegue y tenía que llegar a la meta, pero el premio merecía carreras, recorridos interminables y duros momentos, nada podía ser tan malo al lado de aquello que conseguiría si llegaba al fin, poderla abrazar.
El viaje se hizo duro, cansado, aburrido y doloroso, cada minuto que pasaba su corazón se agitaba más, sus ganas eran mayores, y su sonrisa agrietaba un poco más su rostro pidiendo paso, pidiendo que la dejaran salir al exterior.
Por fin llegó, bajó del vehículo que la transportaba y sonrió, ante ella estaba su amiga, su hermana, su alma gemela, la que vivía tan lejos, y sin embargo siempre sentía tan cerca, la única que podía entender lo que ella sentía, fuera lo que fuese.
No pudo evitarlo, sus lágrimas cayeron por sus ojos, había esperado tanto tiempo para verla, y se sentía tan bien, corrió a sus brazos y la abrazó, no podía expresar ni una sola palabra, no le hacían falta, sabía que ella podía entender lo que sentía, sabía que lograría leer sus palabras en su mirada, y es que ella sentía lo mismo, habían superado la barrera del tiempo y la de la distancia, y por fin estaban juntas, como hermanas, como almas gemelas que jamás debieron separarse."


"Estaba nerviosa, inquietada, hacía años que no le veía, que apenas sabía nada de él, y sin embargo, sabía que en el momento en que sus miradas se cruzaran, él sabría quien era, la reconocería, sabría que se trataba de aquella pequeña a la que una vez conoció, la que siempre le había escrito mensajes, y aunque nunca se habían vuelto a ver, siempre sintió que lo apoyaba, allá donde se encontrara, y que sus palabras de ánimo estaban en su corazón para recordarle que alguien creía en él.
Había llegado el momento, le sudaban las manos, le temblaban las piernas y su sonrisa parpadeaba en un ataque de nervios.
Entonces le vio aparecer, su mirada atravesaba la sala buscando a alguien, a una persona en especial, a una chica a la que estaba esperando encontrar en aquella sala llena de gente. Entonces sus ojos se posaron sobre ella, no hizo falta decir más, se acercó a paso tranquilo hasta él, casi se tropieza por los nervios con sus propios tacones de aguja, pero pudo evitar la caída, no podía creerlo, después de tanto volvían a verse.
Él la sujetó por un brazo, ambos se miraron a los ojos, el seguía igual, con esa agradable sonrisa que tanto le caracterizaba, ella, por su lado, había cambiado mucho, había crecido, ya no era esa niña pequeña que una vez lo abrazó ilusionada, ahora era toda una mujer, aunque en sus ojos seguía la ilusión infantil que una vez la arrebataron.
No podía soltar su brazo, ella temblaba y tuvo que sujetarse a su hombro, ambos sonrieron, siempre se habían entendido con una mirada, siempre habían sabido que estarían unidos aunque les separan kilometros y que el tiempo no borraría jamás esa bonita amistad que una vez se había creado."


"Había tanta gente en la sala, tantas personas esperando verle, y sin embargo él solo deseaba verla a ella, hacía demasiado que sus caminos no se habían vuelto a cruzar desde que él le prometiera que lo harían, demasiado tiempo sin verse, y se echaban de menos.
Ella se encontraba tras todas aquellas personas, escondida, quería verle pero no sabía cual sería su reacción, si seguiría sintiendo lo mismo por ella, si la habría olvidado, si la distancia habría hecho mella en su relación. 
Sus ojos se encontraron, a ella le brillaba la mirada, a él le resplandecían sus expresivos ojos. Una sonrisa formó parte de los dos, uniéndolos aún estando separados, ninguno había olvidado aquellos momentos, aquella felicidad que es embriagaba cada vez que estaban juntos. 
En cuanto el sol se puso y las calles se durmieron, huyeron juntos de la multitud a una velada de amor de aquella que tanto anhelaban, sin que nadie se enterara, sin que nadie supiera nada, una vez más, amándose clandestinamente, escondidos en el secreto de Morfeo que los comprendía cuando soñaban con besarse, con tocarse, con acariciar sus rostros, con sentir sus cuerpos, con permanecer juntos en contra de todo lo que les rodeaba, de todo lo que ponía impedimentos para su felicidad.
Buenas noches princesa, sueña conmigo, le decía susurrando al oído palabras de amor. Buenas noches príncipe azul, que tu corazón nunca olvide el mío, le contestaba ella, ilusionada, enamorada de las sonrisas que producía en su alma.
Y al amanecer volverían a despertar, y a separarse de su sueño imposible, hasta el próximo reencuentro."

Espero que os gusten estos tres fragmentos que he escrito sobre encuentros y reencuentros, 6 personajes, dos por fragmento, cada uno con su historia.
Espero vuestros comentarios, que como siempre os digo me ayudan a crecer como escritora, a mejorar y a pulir todos mis fallos, muchas gracias a los que hacéis esto posible, sin vosotros esto solo sería un sueño imposible, gracias a vosotros se está haciendo realidad.

Un  beso enorme mis queridos lectores!

viernes, 18 de enero de 2013

Una sonrisa

Hola, hoy os dejo una reflexión muy realista que a menudo pasa por mi cabeza.

"¿Que valor tiene una sonrisa? Aveces me pregunto por el valor de cada cosa, por lo que cuestan nuestros sentimientos, nuestras vidas, nuestro alimento, lo que nos motiva, lo que cuesta cada acción que desempeñamos o cada pensamiento que recreamos. En una sociedad como esta casi todo se puede comprar con dinero, si tienes puedes con todo, si te falta lucharás por conseguirlo, y si no puedes tenerlo serás el más desgraciado, pero, entre tanta moneda de oro y billete de sucio papel se nos ha olvidado lo que de verdad importa, lo que no se puede comprar con dinero, lo que esos que nos gobiernan no pueden robarnos, lo que cambiaría por cualquier bien material.
Vengo a revindicar el poder de las sonrisas, el valor que tiene ese diminuto gesto que tanto nos trasmite.
Llevo mucho tiempo buscando cual es mi misión en la vida, mi objetivo, mi meta, dicen que todos estamos aquí para conseguir algo, para hacer algo, llamadlo destino, llamadlo futuro, o como queráis, pero todos tenemos algo que hacer, algo que se nos da bien, algo que aunque no veamos en los malos momentos nos llena de satisfacción cuando lo logramos.
Soy una gran soñadora y tengo muchos sueños por cumplir, muchos objetivos que alcanzar, terminar una carrera, conseguir un buen trabajo, formar una familia con alguien a quien quiera...
Pero se que si hay algo que me reconforta es producir una sonrisa en alguien.
Un buen amigo me preguntó : "Dime, ¿Que es lo que de verdad te apasiona en esta vida?"
Mi primera respuesta fue "No lo se, no se ya ni lo que me apasiona" y es que en los malos momentos no somos capaces de ver la realidad, pero al instante me di cuenta, lo que de verdad me apasiona es hacer sonreír a los demás.
Puedo ver a alguien a quien no conozco de nada que si consigo arrebatar de su rostro una sonrisa me sentiré realizada, es una tontería, muchos lo veréis así, pero así es, no hay cosa que me reconforte más que ver que alguien sonríe gracias a mi, es mi forma de sentirme útil.
No pretendo que me entendáis, solo sincerarme, solo explicaros que me mueve a decir cada tontería, a mostrarme tan alocada, a decir esas palabras de consuelo, a darme por los demás, a ayudar en lo que pueda, me lleva el amor a las sonrisas, el orgullo de veros sonreír y decir: "si, lo conseguí, ha sonreído"
Aveces necesito sonreír y busco las sonrisas de otros, hacer que olvidéis vuestros problemas, que sonriáis es el gran regalo que me ha dado la vida, la gran virtud, la de ser creadora de sonrisa, fabricante de labios curvados hacia arriba que os regalo y coso en el rostro.
Se que pocos pueden entender lo que se siente al vestir de sonrisas a la gente, pero aquellos que lo entienden tienen el don de ser constructores de un mundo mejor, de un mundo donde reine el poder del sonreír.
Y ahora, después de mostraros desde lo más dentro de mi corazón lo que significa una sonrisa para mi, pararos a pensar, ¿no sería mejor un mundo en el que pagáramos con la moneda más brillante y bonita? LA SONRISA.

Pues nada, aquí tenéis, es una tontería, pero tras un  día como el de hoy me dio por planteármelo y debía contarlo, espero que os guste.
No olvidéis comentar que os pareció esta y las demás entradas si aún no las habéis leído :)
Sabéis que para mi, vuestros comentarios son muy importantes me ayudan a crecer, a mejorar, a aprender... y a cumplir uno de esos objetivos, el de ser escritora, gracias por aportar vuestro pequeño granito de arena leyéndome y comentándome, juntos haremos una montaña.

Un beso muy grande de esta pequeña escritora 
y recordad.... NO DEJÉIS NUNCA DE SONREÍR!!